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Rolex, el arte y la literatura

Rolex, el arte y la literatura


Acompáñenos en este viaje en el tiempo de Rolex y el arte: hace muchos años, durante el periodo helenístico, se realizó la enumeración de las artes. Las siete artes fueron la gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, astronomía y música. No fue hasta a partir del Renacimiento cuando se puso en valor la figura del artista y de su actividad. El artista empezó a estar ligado con el humanismo. No existe una ordenación propia ni comúnmente aceptada de las artes, pero Ricciotto Canudo, en el Manifiesto de las siete artes (1911) las enumera de la siguiente forma: arquitectura, escultura, pintura, música, danza, poesía, literatura y cine.

Rolex y el arte mantienen un estrecho vínculo desde hace décadas.

La marca ginebrina quiere fomentar la preservación de las obras maestras y fomentar que el arte se transmita de generación en generación a través de la «Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos», un programa que se creó para hacer contribuciones a la cultura global. El programa busca jóvenes y talentosos artistas de todo el mundo para reunirlos con maestros artísticos durante un período de colaboración creativa en el marco de una relación de mentoría individual. Las disciplinas que incluye esta iniciativa son música, arquitectura, danza, literatura, cine, teatro y artes visuales.

Si nos centramos en la relación de Rolex con el arte de la literatura, podemos destacar una bonita historia que conmueve y ofrece un punto de vista distinto a la realidad que vivimos ¿Qué es sino el arte?

Rolex y el arte: Colm Tóibín y Colin Barrett

La búsqueda compartida de los laureados literarios irlandeses. En este caso, la mentoría del escritor Colin Barrett y su mentor Colm Tóibín se basó en una profunda reflexión sobre la mecánica de la escritura. Esta mentoría tuvo como fruto la finalización de la primera novela de Barrett: The English Brothers. Los artistas describieron la mentoría como una comunicación tan profunda que ni tan solo comparten con sus seres queridos. 

«Hemos podido hablar de una forma en la que ni siquiera te puedes comunicar con tus seres queridos»

«Si empiezas a explicarles cómo usas el pluscuamperfecto en una novela, te van a decir “¿Podemos tener un poco de paz en esta casa, sin que nos sigas hablando sobre la técnica de la escritura?” Por eso, tener a otro escritor cerca, para el que estas cuestiones también son asuntos importantes, fue estupendo. Pude hablar con él de una forma en la que no conseguí hacerlo con ninguna otra persona».

De todas las artes, la literatura es la más delicada. Los escritores suelen ser independientes, trabajar solos y crear por ellos mismos. El vínculo entre ambos escritores a raíz de esta mentoría, se convirtió en una «amistad literaria» (así lo definen ellos). Ambos destacan el apoyo mutuo e intercambio inspiracional. 

Su contacto no se vio ni siquiera truncado por un tratamiento oncológico para Tóibín. Incluso en esas circunstancias, mantuvieron el contacto por correo electrónico. El momento más memorable de la mentoría fue cuando asistieron juntos al Centre d’Art i Natura en los Pirineos Catalanes, un retiro de artistas internacionales. Allí hablaron de sus proyectos, ambiciones, y pasado. Pasado que recordó Tóibín al principio de su carrera junto al escritor John McGahern, quien le enseñó a darse cuenta de que nunca te puedes acomodar. 

¿Cuál es el secreto de esta relación tan productiva? La respuesta no es fácil. Muchos apelarán al origen irlandés de ambos, aunque hayan crecido en épocas distintas. Pero lo cierto es que, además, sus personalidades no son similares. Tal vez sea la pasión por el arte, su generosidad o su cordialidad. Pero no sólo sus obras constituyen una obra maestra. También lo ha hecho su relación. 

El vínculo entre Rolex, el arte y la literatura se ha consolidado a lo largo de los años, para pasar a formar parte de la historia de la marca.